miércoles, 8 de diciembre de 2010

#6.

Había una vez una niña. Poco faltaba para que dejase de serlo, pero aún lo era.  
Sabía muy poco de la vida, pero al mismo tiempo, muchísimo más de lo que a muchos les gustaría saber.  

Siempre soñó con ser mayor y así saber más cosas. Por eso leía mucho, viajaba mucho, hablaba mucho, pensaba mucho... quizá demasiado. 

Tenía secretos, pero eran sordos y hablaban muy alto. 

Nunca le gustó que la gente la juzgara y por eso hablaba de ella misma antes de que lo hiciesen los demás. 

Se reía del mundo y sus crueldades, y miraba hacia otro lado o luchaba por las injusticias. Todo a partes iguales.

Sus ojos eran diferentes el uno del otro, y por eso veía la vida de dos maneras distintas. 
Pero el ojo derecho a veces le fallaba y veía todo de un solo color.  

No había nada que hiciese demasiado bien, pero sí muchas cosas que hacía demasiado mal. Sin embargo, no la importaba. 

Al llegar la noche y cuando su cabeza tocaba la almohada, sus lágrimas salían de paseo y la mojaban la cara. Nunca supo el porqué. Era tan joven...


Ann.

3 comentarios:

  1. Acabas de describirme. Me encanta. Gracias a TI descubro cosas de mi misma que jamas abría logrado discurrir.
    Besoss pliss siguee escrbiendoo :D

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  2. Me acabo de dar una vuelta por tu blog, me encanta :) si te quieres pasar por el mio estaría encantada! un beso!

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  3. *-* Que hermoso realmente.
    Quizás suene raro pero cada que leía me veía yo reflejada en ese escrito.
    Me encantó de verdad.
    Felicidades y seguiré tu nuevo blog :3

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