Es Navidad. Pero ni te habías enterado. Ahora que lo sabes solo quieres que termine de una vez. Todos los que te conocen te ven como una especie de Grinch o Ebenezer Scrooge en formato femenino. Ha sido una Navidad vacía. No has estado con los tuyos, con los que de verdad te importan. Han volado... como los copos de nieve que no hemos visto en estas fechas.
En vez de cantar villancicos, le has contado tragedias a la almohada. Por eso está harta de ti, y hay días que no te deja dormir a modo de castigo. Las fotos de tu pared repiten sin cesar: Has cambiado, has cambiado, ¡HAS CAMBIADO! Lo dudas. Lo que sí has cambiado han sido las reuniones familiares por el gimnasio y los paseos solitarios. No comes turrón, ni mazapanes, ni cordero, y tampoco bebes champagne. Lo único que te has tragado han sido tus lágrimas.
Pírate de una vez, Navidad. Quizás cuando te marches, regresarán a los que yo eché de mi vida... antes de que tú llegases.
Pírate de una vez, Navidad. Quizás cuando te marches, regresarán a los que yo eché de mi vida... antes de que tú llegases.